sábado, 26 de noviembre de 2011

Yellowstone y Glacier Park

20 de noviembre de 2011, Krabi, Tailandia.
Yellostone y Glacier Park
El Gran Prismatic, Yellowstone

Manada de bisontes cruzando la carretera en el Grand Tetón

Siguiendo con nuestra rutina de Parques Naturales, nuestras últimas semanas en los Estados Unidos, las dedicamos a visitar El Gran Teton, Yellowstone, y el Glacier Park. Así que tras haber visitado el bonito estado de Utah cruzamos el estado de Wyoming y nos detuvimos en el “Grand Teton National Park” un parque que debe su nombre a la similitud que tienen sus montañas con la de los pechos femeninos. Al parecer los franceses que llegaron a esta región bautizaron su pico más alto de 4.197m como Grand Teton. El parque nos sirvió de aperitivo antes de entrar en el enorme Yellowstone situado más al norte. Y así es, el pobre Gran Teton tiene tanta proximidad con Yellowstone que queda un poco en segundo plano, y es una pena porque es mucho más tranquilo, pero todos cometemos el error de cruzar el parque sin mucho detenimiento con ansias de llegar a las tierras del Oso Yogui.
Nuestro 1er Arce

Kayacking en Teton
De modo que en este parque sólo hicimos una bonita excursión en kayak por un lago y por primera vez, vimos a una manada de bisontes que cruzaron la carretera justo delante de nuestro coche.



Finalmente, entramos en Yellowstone; un “Señor Parque” de casi 9.000 km2 (un poco más grande que la Comunidad de Madrid), y está situado en el noroeste de Wyoming aunque también ocupa territorios de Montana e Idaho.

Bisontes en una postal típica de Yellowstone

Se creó en 1872 por lo que es el primer parque nacional del mundo (con todo su orgullo americano, sí señor!). –Nos gustaría hacer mención de que los americanos tienen un sistema de parques nacionales y estatales de quitarse el sombrero, no sólo se sienten orgullosos de su belleza natural sino que además los cuidan como flores de invernadero. Una vez más, admiramos su patriotismo positivo y entusiasta que favorece tantísimo a la conservación de estos grandes refugios naturales.
Detalle de las fuentes calientes
Nosotros, como de costumbre, buscamos nuestro campamento base, cada Parque Nacional tiene unos campamentos rústicos donde el primero que llega, busca un sitio libre, planta la tienda, rellena un sobre con los datos básicos, 12 USD por noche y lo introduce en un buzón. Es lo que ellos le llaman “Campground first come, first serve” (el primero que llega, se sirve).

Fuentes de agua caliente

Este sistema nos iba muy bien porque no había que reservar y además nos ahorraba ir en busca de alojamiento carísimo fuera del parque, (normalmente están muy bien ubicados) Son campamentos básicos, pero suelen tener todo lo que puedas necesitar; árboles para una buena sombra, mesa de picnic y baños (sin ducha pero con agua potable). Y lo mejor de todo, naturaleza por doquier!
Old Faithful en plena erupción

Pero dejémonos de admiraciones y hablemos de nuestros días en Yellowstone: lo más famoso del parque son sus fenómenos geotérmicos, y es que en él se encuentran dos tercios de todos los géiseres del mundo. En términos geológicos se dice que es un punto caliente, que quiere decir que es un lugar dónde la corteza terrestre está más caliente que en el resto del planeta.


Old Faithful
 
Pudimos ver varios géiseres, entre ellos el “Old Faithful”, uno de los más famosos por su regularidad de erupción. Verlo es un verdadero espectáculo, y como los americanos son los reyes del entretenimiento, han montado todo para que no falte de nada! Así que justo delante tienen un “Lodge” (tipo Parador Nacional) de madera muy acogedor con grandes ventanales, sillones y hogares para que te puedas sentar a contemplar las erupciones sin sufrir las inclemencias del tiempo, y si lo que quieres es verlo desde cerca, tienen unos bancos alrededor del géiser para que no esperes demasiado tiempo de pie: y es que aunque el “Old Faithful” es bastante regular, algunas veces tarda unos 90 ó 130 minutos en volver a su actividad. Así que la gente pacientemente espera con todo tipo de artilugios fotográficos en mano a la próxima actuación del géiser. Al final del espectáculo todo el mundo queda satisfecho, y es que el “Old Faithful” como bien dice su nombre, sigue siendo fiel!
Esa misma mañana la dedicamos a hacer el recorrido por el resto de zonas calientes; más géiseres, fuentes calientes y terrazas en cascada.

Terrazas en cascada




Detalle de las formaciones en los manantiales





Fuentes calientes

Éstas últimas se forman cuando, en su recorrido subterráneo, el agua disuelve la roca caliza, luego, al salir a la superficie y enfriarse, el carbonato cálcico disuelto precipita y se forman distintas formas. Según el recorrido del agua y el desnivel se pueden formar terrazas de distintos tamaños. En estas aguas viven un montón de bacterias termófilas, alguna de ellas fue descubierta recientemente en un géiser y  ha resultado ser indispensable en los experimentos de ingeniería genética.


Un oso Grizzly

Otro de de los atractivos del parque es la observación de animales. Y es que en Yellowstone hay de todo; ciervos, lobos, alces, muflones, marmotas, osos negros, oso grizzlys. Son famosos los bisontes.

Manadas de Bisontes
En el parque habitan más de 4.000 bisontes formando manadas que pacen en sus praderas y forman una bella estampa junto a los arroyos. Durante el invierno se acercan a las fuentes de agua caliente para hacer algo más pasaderos los días y noches con temperaturas inferiores a los 20 grados bajo cero.

Fumarolas al lado del río





Después  de visitar los géiseres pasamos el atardecer mirando a los bisontes con algún que otro susto porque en un momento un grupo se puso a correr hacia nosotros así que nos metimos en el coche poco antes de que llegaran.

Bisonte
De repente estábamos dentro del coche mientras una cincuentena de bisontes corrían a toda velocidad a pocos centímetros nuestro. Afortunadamente a ninguno le dio por embestir!!
Esa misma noche estábamos durmiendo en nuestra tienda cuando de repente nos despertamos al oír unos extraños bufidos. Pensábamos que había un oso cerca de nosotros! Muertos de miedo abrimos un poco la tienda para tratar de ver y para sorpresa nuestra vimos un enorme bisonte pastando tranquilamente a nuestro lado.
Al día siguiente, después de tanto bisonte nos fuimos a visitar las cataratas del rio Yellowstone una de ellas, la de “Lower Fall”, es espectacular; tiene 94 m de altura y vierte sus aguas a un cerrado cañón de con paredes de roca de color amarillo.

                      
Esos tonos son los que le dan nombre al parque y son debidos al hierro y no al azufre como se podría pensar (aunque éste también está presente). En el cañón de Yellowstone tuvimos la fortuna de ver un nido de águilas justo cuando los pollos estaban haciendo sus primeros ejercicios de vuelo.
Pero uno de los momentos más emocionantes de nuestra estancia en el parque fue cuando vimos osos por primera vez. En concreto tuvimos esa suerte en dos ocasiones;
en la primera íbamos conduciendo tranquilamente por el parque cuando de repente vimos un pequeño grupo de gente que se había parado en el arcén y le estaban haciendo fotos a algo. Al pasar con el coche les preguntamos y nos dijeron que había un oso.  Apartamos el coche y nos reunimos con el grupo. Desde el arcén se podía ver un pequeño riachuelo, una zona muy fresca y frondosa pues habían muchos árboles. Y allí abajo, como a unos 20 m, aparentemente ignorándonos, había un oso Grizzly. Estos animales pueden ser muy peligrosos, sobre todo si un hombre tiene la mala suerte de sorprender a uno. Es decir, si una persona va caminando y el oso lo oye o le ve desde lejos no habrá peligro, el animal tratará de aumentar la distancia y evitará al hombre. Pero si el oso se ve sorprendido puede volverse muy agresivo, y el encuentro puede ser especialmente fatal si  un hombre sorprende a una osa con sus crías. Sólo dos meses antes de nuestra visita al parque un grizzly había matado a un excursionista. Por eso los guarda-parques insisten a los visitantes de que no caminen en silencio, si no que canten y griten para hacerse notar (También existen sprays de pimienta por si alguien es atacado por un oso). En nuestro caso el oso estaba solo y nos tenía más que controlados así que fue alejándose poco a poco de nosotros.
El oso Grizzly es una subespecie del oso pardo y es uno de los osos más grandes que existe, cuando se alza sobre sus patas traseras puede llegar a medir más de 2,5m de la cabeza al suelo y debe su nombre a una porción de pelo plateado que tiene en la espalda. En el parque de Yellowstone hay más de 500 osos, pero aún así el poder verlos no deja de ser difícil.
En otra ocasión, vimos a mamá grizzly con dos cachorros caminando por un valle. Esta vez estaba a más de medio kilómetro. Pero otros visitantes del parque se fueron acumulando en una zona del arcén para hacerles fotos y no contentos con las instantáneas que estaban sacando decidieron acercarse. A su vez, la osa se sintió atraída y fue a ver a qué venía tanto alboroto. Al final la osa se puso a correr hacia la muchedumbre. Al verla venir todos se pusieron a correr hacia los coches llevándose un susto de muerte y es que a veces por sacar una foto nos olvidamos de que los osos son animales peligrosos.
Un "pixapins" que se piensa que la mamá Grizzly le dará un abrazo amoroso!
Después de tanto bicho decidimos que iba llegando el momento de echarse a la carretera y cambiar de lugar así que pusimos rumbo al Glacier Park. Salimos por la salida norte del parque, era mediodía y no habíamos comido de modo que paramos en un pequeño pueblo a orillas del río Yellowstone.


"Quique Luke"...el más famoso cowboy del Oeste!


El pueblo era digno de decorado del oeste, había un pequeño bar que parecía un salón de esos que salen en las películas y decidimos parar para comer alguna hamburguesa. Nuestra sorpresa al entrar fue que era el típico “antro” del oeste …sí, sí, el que todos hemos visto mil veces; piano, barra de madera y taxidermia por todas partes. Cuando llegamos estábamos solos, pero al cabo de un rato llegaron un grupo de jóvenes equipados con cámaras, micros y etc.…Se sentaron en la barra y pidieron el coctel típico de la casa: “Bloody Mary”. Hicieron un juego/apuesta con unos dados para jugarse la ronda. Nosotros observábamos la situación, pero Quique no sacaba ojo al piano…Y una vez ya nos habíamos comido la hamburguesa, sin más, nos decidimos preguntar a la dueña si Quique podía tocar el piano y ella dijo: claro, será un placer! De modo que Quique nos regaló unos temas de clásico “ragtime” muy adecuado al lugar y a la ocasión…y de repente: Zas…la cámara de esos chicos estaba grabando a Quique! Al final Quique tuvo una marea de aplausos y un formulario con la aceptación de derechos de imagen para salir en el próximo documental sobre el río Yellowstone!!! Sin lugar a dudas, fue la mejor manera de despedir Yellowstone!!!


Cruzamos kilómetros y más kilómetros de tierra del estado de Montana (que nos pareció precioso!) Una vez más se nos confirmaba la teoría: a menudo lo mejor del viaje es lo que no esperas o lo que no sale en las guías! Nadie nos había dicho que conducir sólos por las carreteras secundarias de Montana con las “Rocosas” de fondo era tan precioso! En definitiva, los kilómetros que separan Yellowstone del  Glacier Park no fueron tan pesados.

Paramos en alguna de sus villas y nos encantó el carácter auténtico que desprendían. Y finalmente llegamos al Glacier Park! El Parque está en el Estado de Montana y comparte territorio con el Estado de Alberta y la Columbia Británica en Canadá.


   
Glaciar de Grinnell

Desde el primer momento tenía muy buena pinta, entramos muy positivos, con ganas de ver nieve y picos altos de montaña! Y así fue, El Glacier Park  se caracteriza por tener el paisaje más alpino de todos; glaciares, lagos, un montón de animales y mil flores alpinas en verano. El parque también es famoso porque en él habitaban las tribus de los  “blackfeets” y los “flatheads”, de hecho todavía son tierras sagradas para ellos.(a día de hoy los Rangers del parque lo saben y lo respetan muchísimo).
Subiendo al glaciar

La primera noche  pudimos hablar con un descendiente de un “blackfeet” y nos contó alguna leyenda muy curiosa e incluso nos hizo ver como el perfil de una montaña era el mismo que uno de los antiguos líderes de los “blackfeets”!

En el glaciar de Grinnell


El siguiente día volvimos a nuestra rutina de campamento base y luego a explorar! Curiosamente las noches en el Glacier Park no fueron tan frías como esperábamos. Después de las noches heladas en Yellowstone, esperábamos lo peor, sin embargo nuestra acampada fue excelente. La primera caminata fue para ver el  glaciar de Grinnell. 

Muflones

Una caminata preciosa donde encontramos un poco de todo; lagos, flores silvestres, muflones, cabras de las rocosas e incluso una mamá Grizzly con sus cachorrillos! Sí, menudo susto!!!



La osa se ahuyentó ( o quizás se asustó!!!) gracias a nuestro repertorio horroroso de canciones simplonas y horteras, dignas de provocar una gran tormenta! Pero el mérito de la caminata era llegar al glaciar de Grinnell, y lamentablemente es un glaciar en pleno proceso de deshielo, ahora sólo hay restos de lo que fue!

Cabras de las Rocosas
Tuvimos también la inmensa suerte de poder ver a un lobo. Apareció de repente, correteando por un claro buscando algo. A un centenar de metros de nosotros se paró, nos miró y siguió trotando hacia el bosque para perderse completamente…

A Quique se le caían las lágrimas de la emoción!!! Y estuvo reviviendo el encuentro una y otra vez en su mente.
Y para despedirnos os dejamos con una de las imágenes preferidas de Quique justo saliendo del Parque.

martes, 15 de noviembre de 2011

El Lejano Oeste


15 de noviembre de 2011, Cameron Highlands, Malaysia.

El Gran Cañón del Colorado

Nuestra siguiente aventura empieza con la visita a  la presa Hoover que abastece de agua a las ciudades de Las Vegas y Los Ángeles. Ésta es una colosal obra de ingeniería llevada a cabo durante los años treinta y en la que se desarrollaron un sinfín de nuevas técnicas constructivas que no se habían probado anteriormente. El resultado es una gran presa de bóveda de 379m de largo y de 221 metros de altura y que a día de hoy sigue siendo una de las mayores del mundo.
Vistas aguas abajo desde la presa Hoover
Después de visitar la presa empezamos nuestra ruta por “Tierra de Cañones”; y es que la zona centro oeste de Estados Unidos (que correspondería a los estados Arizona, Utah y Colorado está repleta de cañones, algunos de ellos tan grandes y bellos que están protegidos y reconocidos como maravilla del mundo!)
Muy temprano, nos dirigimos al famosísimo Parque Nacional del Gran Cañón del Colorado, en Arizona. El día estuvo medio nublado (una merecida tregua después de tanto sol), pero el Gran Cañón sin sol es como un pan con tomate sin aceite, te impresiona, pero le falta ese color rojizo que tanto lo caracteriza!  Nuestra intención era visitarlo desde el “South Rim” (la parte sur) y desde allí andar por un famoso sendero que te lleva hasta abajo del río Colorado, pero cuando llegamos al punto de partida se nos quitaron las ganas. Los guarda-parques te desaconsejan que hagas el sendero durante los calurosos meses de verano, ya que la temperatura en el interior del cañón aumenta muchísimo y que el calor y la deshidratación pueden poner en peligro tu salud (por todos los lados habían carteles avisando del peligro de hacer excursionismo por el Cañón durante en verano, incluso habían ejemplos de gente joven muy atlética que había muerto por no tomar las precauciones necesarias.). Por lo tanto, decidimos no bajar y dejarlo para otro momento; nos conformamos con hacer un paseo por todos los miradores del Parque. 

Vistas del Gran Cañón desde el "South Rim" abajo a la izquierda se puede ver el sendero que lleva hasta el fondo del cañón
A medida que iba trascurriendo el día, estábamos más y más impresionados de las dimensiones del Gran Cañón, casi 450 km de largo por 30 km de ancho y con una profundidad de 1800 m, no está nada mal, verdad?! Al final del día el sólo se asomó un ratillo y nos regaló unos instantes del tono rojizo que tanto buscábamos.


El Gran Cañón con un poquito de aceit... digo de sol!
Los días siguientes fueron un no parar de paisajes áridos y asombrosos como el del “Monument Valley”, digamos que sería el lugar todos tenemos en mente cuando pensamos en los vaqueros y las tribus de indios o en una película del oeste. Y así es, el Monument Valley no defrauda, es tal cual lo has visto siempre en la televisión o en los viejos anuncios de una conocida marca de cigarrillos! Y como al final, todos somos unos nostálgicos, nos encantó!

Carretera a través del "Monument Valley"



Dos jóvenes vaqueros
 Ese mismo día recorrimos muchos kilómetros para llegar a un cañón que nos había recomendado un fotógrafo profesional que conocimos en Brasil, el “Antelope Canyon” que está justo en la frontera de Arizona con Utah. Pero por el camino el paisaje no dejaba de sorprendernos, así que a medio camino paramos en un lugar que nos pareció curioso (no salía en ninguna guía ni nada, paramos por impulso e intuición) y el resultado fueron estas fotos que podéis ver a continuación; a menudo, sucede que los lugares menos conocidos son los que más nos gustan!



En algún lugar del estado de Utah se avecinaba tormenta


En roca parece que hay alguien...Sí, es Blanca que saluda!!!

Blanca explorando las formaciones rocosas
Y después de este juego de luces y texturas llegamos al “Antelope Canyon”. Un lugar precioso mil veces portada de revistas de viajes o del National Geographic. Nos gustó muchísimo, lástima que las tribus indias que lo gestionan cobren unas entradas tan caras.  (Por cierto todavía quedan algunos descendientes de las tribus indias, los Navajo… etc. Tienen unos rasgos muy marcados, parecidos a los indígenas mejicanos pero con el físico más fuerte y alto)



El "Antilope Canyon" es un estrecho cañon, una vez dentro se pueden apreciar las miles de capas de sedimentos de arena, tras la erosión han quedado ondulaciones y formas de gran belleza.



El siguiente cañón fue el “Bryce Canyon” en el estado de Utah, se trata de otra de las maravillas que nos ha regalado la erosión. En realidad no es un cañón, más bien se trata de un gran anfiteatro de piedras erosionadas por la acción la lluvia el viento y la nieve que han formado unas estructuras geológicas en forma de chimeneas de colores rosados y anaranjados.



El "Bryce Canyon" poco antes del atardecer

Detalle de los pináculos
Después del “Bryce Canyon” nos dirigimos hacia el “Glen Canyon” pues aquel fotógrafo en Brasil también nos recomendó hacer una excursión por la cerrada del “Coyote Gulch”. Así que tras parar en el pequeño pueblo de Escalante para pedir los correspondientes permisos de acampada nos fuimos hacia el punto de partida. Aquella tarde recorrimos en coche unos 50 km por un camino de tierra dónde casi nos quedamos atascados en un par de ocasiones hasta que finalmente llegamos a lo alto de una colina y acampamos. Al día siguiente, muy temprano para evitar el sol, recorrimos un extraño camino sobre rocas areniscas y nos metimos en el cañón, allí pusimos los pies en el pequeño riachuelo y caminamos un seguido de hoces siguiendo las caprichosas curvas del rio entre las altas paredes de roca que subían hacia el cielo.

Caminando por el "Coyote Gulch"


Nos parecía imposible que aquel pequeño rio hubiese podido excavar tan profundos acantilados. Allí atravesamos un sinfín de enormes arcos bajo la roca. Eso sí, al pasar por debajo de ellos apretábamos el paso pues no veíamos muy claro que aquello no se fuera a derrumbar en cualquier momento.



 
Los arcos del "Coyote Gulch"

Siguiendo el pequeño río a lo largo del cañón

Nuestro siguiente destino era el “Parque Nacional de Zion” dónde nos esperaba otra inolvidable excursión: Las “Narrows de Zion”.


En esta ocasión conducimos a lo largo de una espectacular carretera sobre areniscas por el interior del parque hasta llegar al punto de partida. Según nos habían explicado, la excursión era muy similar a la del Coyote Gulch; caminar por el interior de un cañón mojándonos un poco los pies. Así que no pensamos mucho en la ropa más apropiada pues creíamos que el agua no nos iba a mojar más arriba de los tobillos. Error. Nada más empezar el agua ya nos cubría hacia las rodillas así que nos hicimos con dos ramas para poder caminar y seguimos. Otra vez estábamos avanzando por el río, pero literalmente por el cauce del río y éste a su vez, delimitado por dos paredes verticales por lo que no había manera de evitar el agua.



Quique intentando aguantar el equilibrio
 Fuimos envalentonándonos, al principio agua hasta las rodillas, luego hasta la cintura y finalmente cruzando con el agua al cuello con la mochila sobre la cabeza.



Indiana con el agua al cuello
Nada, que al final acabamos totalmente mojados, pero eso sí, disfrutamos como niños jugando a hacer el Indiana Jones por los profundos cañones de Utah.
Tras un buen secado de ropa tomamos la carretera hacia el norte en dirección al Parque Nacional de Yellowstone…