sábado, 3 de noviembre de 2012

Cambodia


Vilafranca Del Penedès, Barcelona. 27 de octubre de 2012

Algunos pensabais: ¿Por dónde andará esta pareja?  Habrán vuelto, se habrán perdido, se han quedado en algún lugar paradisíaco?!

Pues no, lamentablemente nada de eso fue posible y escogimos la opción más esperada…la vuelta a nuestro hogar.

Después de revisar detenidamente los destinos, contar las existencias en nuestras modestas arcas y ver que otra aventura muy grande se avecinaba sin previo aviso, decidimos volver.
 
Sobre la aventura que a día de hoy nos ocupa y de cómo fue nuestro regreso ya hablaremos otro día largo y tendido, ahora continuamos el viaje;

 Asia segunda parte. Cambodia

Dedicamos esta publicación con especial cariño y afecto a nuestros tíos Quique y Esther, por toda su generosidad, su alegría y  por llevarnos ese pedacito de familia al Sudeste Asiático.

Tío Quique y Esther ante el templo de Angkor Wat en Cambodia

Así que hoy, sin más preámbulos, os queremos contar cómo fueron nuestros días en Cambodia y todas las sorpresas agradables que ahí encontramos.

Después de viajar más de 40 horas sin cesar por las carreteras medio inundadas de Tailandia (era el pasado mes de Noviembre 2011 y medio Sudeste Asiático estaba bajo el agua), llegamos a la frontera entre Tailandia y Cambodia: Poi Pet. El Autobús te deja justo antes del primer paso fronterizo y allí te espabilas como puedas. Lo decimos así, porque llegas muy cansado, acalorado y sin saber muy bien dónde vas y lo que tienes que hacer. Nadie te ayuda, y si te ayudan….peor! Nos referimos al negocio del engaño al turista occidental, somnoliento e iluso. Nosotros que ya veníamos hartos de esas circunstancias llevábamos el visado hecho y con todos los papeles en regla. No queríamos oír ni un comentario, ni una sugerencia…todos, pero todos y sin excepción, son una panda de buscavidas…esperan todo el día el autobús que llega de Bangkok o Phuket en busca de turistas perdidos y desorientados…entonces, zas!!!! Les cobran 20 USD y ellos pueden sobrevivir el mes. El panorama es tan exagerado que incluso hay una red de timadores preparados con disfraz de guías oficiales del gobierno! Su turista perfecto es aquel que llega, pregunta por la frontera, no tiene ningún papel, ni sabe cuánto cuesta el visado…ahí ellos se ponen las botas y les cobran por visados falsos o por certificados inexistentes.

Pero aunque vayas preparado con el visado pagado y en regla, mentalizado y con cara de robot, consiguen engañarte!!! Díos, qué fieras! A nosotros y a un grupo de jóvenes que iba detrás nuestro nos convencieron que había un servio gratuito de bus de la frontera a la estación de buses, se trataba de un servicio del gobierno para evitar a los timadores que podías encontrar por el camino! Y zas!!! Nos pillaron!!! Fue poquito en comparación a lo que hubiera podido ser, pero el bus en cuestión nos llevo a una estación improvisada de conductores privados dónde había un monopolio de servicio de transporte para llevarte donde quisieras del país. Así que pagamos 20 USD por un trayecto en  minivan que en realidad costaba 5 USD!!! Nos dieron un tipo de cambio ridículo y nos tomaron el pelo todo lo que pudieron y más! Moraleja: no llegar cansado a un país extranjero, no cambiar dinero durante el primer día y acepta con alegría que te van a timar, seguro!

 El trayecto en minivan nos llevó hasta Siem Reap, la famosa capital de los templos de Angkor. Cuando llegas a Siem Reap no ves ningún templo, es una ciudad turística repleta de hoteles e instalaciones para los turistas.
Nosotros nos alojamos en un hostal muy barato que decidió nuestro conductor. Sí, en pleno engaño, hay un punto donde ya te da igual y decides dejarte llevar. Ya sabemos que el conductor se llevó una comisión, pero al final que más da 50 que 80, el cansancio y las pocas ganas de discutir hacen que te dejes llevar.

Quique y Esther en Cambodia
Dormimos en un cuartucho más o menos decente y barato. Pero quien iba a imaginar que entre las paredes del cuartucho en cuestión recibiríamos una de la noticias más alegres de nuestro viaje…Quique y Esther estaban en Vietnam y en 3 días llegaban a Cambodia, en concreto a Siem Reap!!! Qué alegria!!! Puede haber una casualidad más grande?! Ni hecho a posta hubiera salido tan cuadrado y perfecto.
 
Así que les escribimos rápidamente para hacerles saber nuestro planning y encontrarnos en breve en Siem Reap.

Nosotros, como queríamos ver más cosas de Cambodia, aprovechamos esos 3 días y nos fuimos a Battambang, una localidad alejada de Siem Reap (a unas 8 ó 9 horas en barco). Un “coup de coeur” de esos que no olvidas jamás. No por la localidad en sí, sino por el trayecto que nos llevó hacia ella. El trayecto en barca por el lago Tonle Sap Lake, los canales inundados y villas flotantes es de lo más espectacular que hemos visto en nuestro viaje.

Barca deslizándose por el lago Tonle Sap Lake
Ver como todas esas familias viven sus vidas en medio de un lago marrón a expensas de sus pequeñas canoas y de lo que consigan pescar en el día es casi inimaginable en una sociedad tan perturbada por el consumo como la nuestra.
 

Sobre estas linas. A la izquierda niña pescando, a la derecha casas típicas del lago

La barcaza en la que íbamos montados transcurría lentamente entre esas villas flotantes y sus aldeanos nos saludaban de lejos o  se acercaban en sus pequeñas canoas en búsqueda de víveres o de un viaje breve hacía la siguiente villa más alejada. Los dos estábamos atónitos…sin exagerar, a día de hoy todavía no sabemos como describir nuestro cúmulo de sensaciones y reflexiones a lo largo de esas 9 horas de tr

ayecto…quizás le podríamos poner un título ( y que cada uno se imagine a lo que nos podemos referir) : cuando la belleza y la pobreza serena se encuentran: Tonle Sap Lake.


Sobre estas lineas, a la izquierda un grupo de niños va navegando a la escuela flotante. A la derecha Blanca atónita.


  Seguro que con las fotos maravillosas que tomó Quique os darán una idea aproximada.
 
 
Una de las orillas del lago
 

A la izquierda niños saludándonos a nuestro paso. A la derecha una niña va al lago a lavar la ropa.
 
 
Un pequeño grupo de aldeanos viene a unirse a nosotros

 
Campesinos segando los campos
Una vez llegamos Battambang nos alegró ver que era una  localidad más o menos tranquila, con unos precios extremadamente baratos y unos locales entrañables y dispuestos a enseñarte todos sus pequeños rincones. La ciudad tiene algunos edificios coloniales descuidados y la villa en sí no tiene nada, pero si sales hacia la zona de los templos (dónde puedes perderte y soñar que estás en una película de aventuras)  te adentras a las zonas rurales  (dónde paseas por los campos de arroz y ves a los aldeanos como viven en sus casas de bambú y paja) y descubres la verdadera belleza de Cambodia.



Templo perdido en Cambodia
Blanca
 



Blanca en el templo perdido
 








Casa típica
Fue en las afueras de Battambang donde, por primera vez en nuestras vidas, montamos en un tren de bambú. Sí! En realidad se trata de un plataforma hecha de bambú desmontable que va por encima las vías del tren gracias a la fuerza de un pequeño motor improvisado y la maña de los camboyanos. Este tren transcurre en medio de los arrozales de Camboya y se usaba para transportar el arroz recolectado.

Railes del tren de la jungla

A día de hoy los aldeanos lo siguen usando con ese propósito, pero poco a poco se va convirtiendo en un gancho turístico. Una de las anécdotas que tiene el tren es que sólo existe una vía, así que cuando dos trenes se encuentran en sentido contrario el que va con menos carga desmonta la plataforma y su mecanismo para dejar pasar al que va más cargado.

Os resumimos el proceso con unas fotillos...
 
...Blanca en el tren de bambú...

...Cuando dos trenes que van en sentido contrario coinciden hay que desmontar el más ligero...

Así que: La plataforma por allí...

...El eje por allá...

...Y via libre, el otro tren pasa y listo!!! Se vuelve a montar el tren en un periquete y se prosigue el viaje
 
Es curioso ver como una vieja vía simple que podía estar en el olvido cubierta de maleza, se ha convertido en una herramienta útil y económica de transporte además de un atractivo turístico.
 
Después de esos días volvimos a Siem Reap, una locura de ciudad turística, donde la picaresca y los lazarillos corretean a la vuelta de la esquina. Pero a nosotros nos esperaba una alegría con mayúsculas: Quique y Esther! Cuando los vimos entrar por el hall del hotel no lo podíamos creer, por fin un pedazo de familia en tierras lejanas, por fin un abrazo caluroso de verdad! Teníamos tanto que contar, que preguntar que no sabíamos ni por donde empezar…así que nos sentamos en la terraza del hotel y nos tomamos unas cervezas camboyanas bien fresquitas y empezamos a charlar.

Durante los días que coincidimos tuvimos la suerte que Quique y Esther nos patrocinaron alojamiento, transporte y guía de cinco estrellas. Para nosotros era como estar de vacaciones de lujo, qué cama, qué ducha, qué piscina…pero lo mejor: qué Guía!!! Sin lugar a dudas nuestro dulce y entrañable guía nos provocaría algunos de los mejores momentos y ataques de risa!!!

Quique y Esther con nuestro entrañable guía John. 
Así que nos adaptamos encantados al planning de Quique y Esther y nos dispusimos visitar los templos de Angkor.

Para poneros en contexto de nuestros fabulosos días, es imprescindible haceros una breve descripción de nuestro entrañable guía. John era un chaval de unos veinte añitos, muy flacucho y con un tipillo muy fino, vamos, la envidia de los occidentales! Vestía siempre unos pantalones marrones con pinzas, ralla planchadísima y acampanados al más puro estilo de los 70. Todo en él desprendía ternura, su mirada dulce e ingenua, y cuando nos contó que vivía en un orfanato y que cuidaba de los más pequeños que vivían en él…pues imaginaros! ( Hay que tener en cuenta que debido a la guerra civil que sufrieron los camboyanos hay multitud de huérfanos). Pero sin lugar a dudas, lo mejor de John era su capacidad de aprender idiomas en tiempo record. Sí, señores, estábamos ante un camboyano  que aprendió español en apenas 6 meses. Aunque el español de John era complicado de seguir, tenía un buen uso de los verbos y se había empollado la guía “routard” de Camboya en español. Además tenía una verborrea que ni un Ministro de Turismo! Eso sí, tenía tal cantidad de vocabulario que no sabía muy bien donde colocarlo en la frase y eso provocaba situaciones y conversaciones de lo más complejas y esperpénticas, llevándonos en la mayoría de casos a verdaderos ataques de risa! Pobre John! Nunca quisimos reírnos de él, pero hay veces que la risa no se puede controlar!!!

Bien, volvamos a Angkor y nuestra ruta turística. Es necesario aclarar que visitar el complejo arqueológico de Angkor no es tarea de un día, se trata de una extensión de más de 400 km2 y unos 100 templos! Normalmente sólo se visitan los más importantes, pero aún así se recomienda verlo en tres días como mínimo. El primer día visitamos algunos de los más alejados como el de Banteai Srei o templo de las mujeres. Este templo fue dedicado a la diosa  Hindú Shiva y según nos dijo nuestro guía, se trata del único templo construido únicamente por mujeres y el que tiene las tallas y esculturas  más refinadas de todo el conjunto arqueológico de Angkor. Según dicen, es el templo más bello de toda la cultura jemer.
 
Friso en el templo de Banteai Srei




 
Tío Quique ante el Templo de Banteai Srei.
Durante la construcción intervinieron
únicamente mujeres.
 
Durante la visita a este templo nuestro guía, John, nos deleitó con un sinfín de anécdotas sobre dioses y leyendas imposibles de seguir…creednos, imposible del todo!!! Nuestro conocimiento sobre mitología Hindú es bastante reducido y si a eso le añadimos nuestras dificultades por comprender a John, el resultado era un hartón de risa disimulado ante historias de cocodrilos mágicos, y embarazadas con poderes!!!

Después de este templo nos dimos cuenta que habría un encargado en seguir las complejas explicaciones de John: el tío de Quique! Qué paciencia, qué maestría controlando los ataques de risa! Los demás íbamos muertos de calor y risa ¡Qué crueles!
 
El segundo templo fue Banteay Sabré del siglo XII, este está dedicado a la Diosa Vishnú y tiene fama de ser el mejor exponente de esta época, después del gran templo de Angkor Wat.

Templo de Banteay Sabré
El tercero fue el preámbulo de lo que nos esperaba el día siguiente. Se trata del templo de Preah Kahn, uno de los más importantes de Angkor, y que no recibe tantas visitas como el que visitaríamos al día siguiente. Este templo fue construido a finales del siglo XII por Jayavarman VII y estaba dedicado a su padre. Su característica principal es que es bastante amplio y sirvió para salvaguardar todo el resto de los templos de Angkor. Su otra característica es que presenta uno de esos decorados de películas de aventuras, sí, un lugar mágico donde la madre selva ha ocupado el templo y se ha hecho Diosa y dueña del lugar.

Templo de Preah Kahn y la jungla sobre él
Pues eso, así estaba todo, igualito que en  El Libro de la Selva
El segundo día visitamos el famosísimo templo Ta Prohn, éste, al igual que el de Preah Kahn, fue construido a finales del siglo XII por Jayavarman VII, pero estaba dedicado a su madre. La fama de este templo se debe a la selva que reina en él. Según nos contó nuestro guía este templo se ha dejado tal y como lo encontraron los franceses que llegaron aquí. Se escogió este templo como muestra del estado en que estaban los templos de Angkor.


Piedras caidas por doquier 
Un enorme Ficus sobre las ruinas de Ta Prohn





 




















La verdad es que el lugar no tiene desperdicio, las fotos os ayudaran a entender porqué es el favorito de todos. Ficus enormes enredados entre paredes, raíces por todas partes, es mágico y misterioso. Aquí entiendes que la naturaleza no entiende de muros y que su fuerza es ilimitada.

  

Árboles por todas partes!!!
Con el paso de los años las raices de los árboles se han ido metiendo por todas partes y se han ido recuperanto el suelo que un día el hombre les quitó.









-A que impresiona!!!
Aquí un grupo de intrépidos aventureros!!
Y aquí los Quique's

Después de este templo fuimos a visitar el rey de los templos: Angkor Wat. Éste es el templo más grande y mejor conservado de toda la cultura jemer. Dedicado en un principio a la Diosa Vishnú, se construyó a principios del siglo XII por orden de Suryavarman II y albergó el centro político y religioso del imperio además del palacio real.
 
El impresionante templo de Ankor Wat
Cuando uno entra en él se da cuenta de la importancia y riqueza que tuvo el imperio  jemer. Se dice que incluso unas 20.000 personas llegaron a habitar en el templo.
 
 
A partir del siglo XIV, la cultura jemer entra  en decadencia, aún así,  el templo se  siguió usando por los monjes budistas hasta que llegaron los franceses y lo descubrieron. Gracias a que el templo siempre fue habitado no cayó en el abandono como los otros templos de Angkor.


Hay que considerar Angkor Wat como una de las maravillas del mundo y  el turismo masivo que hay a su alrededor es una fuente de riqueza para esta provincia de Camboya. La Unesco lo protege, pero aún así vimos miles de niños y lazarillos merodeando el recinto arqueológico en busca de alguna moneda a cambio de postales o cualquier otro souvenir. Hay tantos que uno se pregunta si las escuelas estarán vacías. Angkor es la muestra de cómo el turismo masivo de occidente enriquece, pero también enturbia una sociedad pura y humilde.
 
Una densa jungla envuelve todos los templos
Por ese motivo, si uno va a Camboya y sólo visita Siem Reap y los templos de Angkor se llevará una idea equivocada del país. El país es extremadamente pobre y sus gentes son humildes y bondadosas con un pasado reciente aterrador, pero sobre esa historia más reciente os hablaremos cuando lleguemos a Phnon Penh; la capital.

Después de tanto templo, nuestro guía John, nos propuso volver al lago y visitar algunas aldeas que quedaban cercanas a Siem Reap. Y aunque nosotros ya sabíamos de qué iba nos encantó acompañar a Quique y a Esther a ver la maravilla del lago y sus habitantes.



Tío Quique en cubierta

Sólo viendo las caras de Quique y Esther nos dimos cuenta de lo muy sorprendidos que quedaron. Al igual que nosotros, les encantó el lago y la forma de vivir de sus aldeanos. John nos llevó a una pequeña aldea, vimos como vivían los monjes y tuvimos la casualidad de coincidir con la salida de la escuela de los más pequeños.






Sin lugar a dudas las fotos que podréis ver a continuación son un fiel reflejo de su vida cotidiana. 

Visitar los palafitos del lago y la forma de vivir de sus gentes es una experiencia inolvidable 

Un grupo de niñas remando hacia el cole


Aquí la avenida principal del Palafito con algunos de sus habitantes circulando en canoas
 Aquel día por la noche nos fuimos a cenar por el centro de Siem Reap y luego fuimos a dar una paseo por sus mercados nocturnos. De pronto Tío Quique se fijo en unos curiosos puestos que había cerca del mercado, ofrecían algo así como unos masajes de pies. Así que enseguida Tío Quique dijo: -Ésto hay que probarlo!!! Esther y Blanca se quedaron incrédulas y es que no era para menos; aquellos masajes consistían en poner los pies dentro de un acuario lleno de peces y dejar que éstos te fueran mordisqueando la piel!!!

Quique se dejó convencer  rápidamente por su tío y un instante después los dos Quiques estaban disfrutando de un extraño masaje piscícola. Y es que, según dijeron, la sensación era extrañísima. Notar como los peces te iban mordiendo los pies era como si te estuvieran dando miles de pellizcos y no sólo eso, además daba cosquillas!!!. Las caras que ponían no tenían desperdició. Blanca y Esther estuvieron riéndose un buen rato, y es que para que negarlo, eran como dos niños pequeños.

-Nada como un buen masaje en los pies al final del día!!!
El día siguiente nos tocaba lo peor; la despedida. Sí, los días con Quique y Esther llegaban a su fin. Qué pena, los hubiéramos metido dentro de nuestras cargadas mochilas para tener ese trocito de familia que tanto habíamos añorado y que ahora se volvía alejar. Pero “c’est la vie”! De modo que seguimos nuestro rumbo con el corazón un poco achuchado y con las preocupaciones habituales de 2 mochileros con ansias de seguir viendo mundo.


-Gracias por todo muchachos!!! Hasta pronto!!!
Nuestro siguiente destino fue la capital. Phnon Penh es una capital desordenada, fea, y sin mucho interés. Nosotros teníamos que permanecer unos días para tramitar los visados del Vietnam en la embajada y preparar la visita a nuestro nuevo destino; Vietnam. Pero ya que teníamos que quedarnos allí decidimos aprovechar el tiempo y ver lo que ofrecía Phnon Penh. Bien, tristemente lo más interesante de la capital es su historia reciente y con ello nos referimos a los testimonios que hay de ella. Estamos hablando de los famosísimos “killing fields” que sería como los campos de la matanza o muerte. Ya veis que con ese nombre poco más hay que decir y que el cariz que  va a tomar el texto a partir de este instante es muy espeluznante. Todavía hoy al recordar lo que nos explicaron y vimos se nos encoge el corazón. Muchos de vosotros ya sabréis de lo que os estamos hablando, bien por conocimiento de historia contemporánea o porque habéis visto una película llamada “The killing fields” que cuenta un poco lo que sucedió.

Bien, nosotros no pretendemos dar una clase de historia, pero sí que para todos aquellos que no sepan de lo que estamos hablando os daremos unas breves pinceladas de lo que ocurrió en Camboya después de la guerra del Vietnam.
Hacia el año 1975 la guerra del Vietnam había terminado y con ella Camboya había quedado arrasada y terriblemente empobrecida. Además desde 1970 regía una dictadura militar que no ayudaba a mejorar la situación. Así que ante tal descalabro de país, pasó lo que suele suceder; un grupo comunista totalitario conocidos como los Jemeres Rojos (Khmer Rouge), bajo el mando de Pol Pot, tomó el poder. Y lo que tenía que ser una situación ventajosa para los pobres camboyanos pasó a ser su peor pesadilla. Durante sus 4 años de mandato los Jemeres Rojos perpetraron uno de los mayores genocidios de la historia. Unos dos millones de camboyanos murieron en menos de 4 años. (En estos casos las comparaciones son odiosas, pero si se comparan muertos por años transcurridos y población afectada, estaríamos hablando del mayor genocidio de la historia). Sus principios ideológicos se basaban en una sociedad agrícola igualitaria donde la propiedad privada estaba absolutamente prohibida, incluso la comida. Se prohibió el uso de cualquier mecanismo mecánico, la posesión de textos o libros y quien hubiera recibido cualquier formación o educación era llevado al campamento de exterminio. Llevar gafas o hablar un segundo idioma también era motivo para ser exterminado. Los niños tampoco quedaron libres del genocidio. Durante ese régimen todo era válido, cualquier actuación justificaba el exterminio ya que dentro de su ideología se creía que con un millón de personas era suficiente para mantener Camboya.

Bien, afortunadamente, el régimen sólo duró cuatro años y en 1979 los Vietnamitas invadieron Camboya y los Jemeres Rojos se escondieron en las zonas más inaccesibles de Camboya convirtiéndose en una guerrilla que duró 30 años.

Y aunque lo peor ya había pasado, como occidentales no podemos dejar de sentir una inmensa vergüenza, ya que las Naciones Unidas y otras organizaciones mundiales en pro de la paz siguieron mostrando apoyo a los Jemeres Rojos (no había conocimiento alguno del genocidio que se había cometido). De modo que hasta el 1994 el líder de los  los Jemeres Rojos se siguió sentando en la ONU, ya que era el único gobierno reconocido por esta organización. Finalmente el partido fue ilegalizado en 1994, y en 1997 Pol Pot terminó condenado en un arresto domiciliario hasta su muerte. Actualmente los líderes del antiguo régimen están siendo juzgados por un Tribunal Internacional.

Resumiendo un poco, la población de Camboya está fuertemente afectada y marcada por estos hechos históricos recientes. Visitar “The killing Fields” es ver un campo de exterminio en toda regla, donde las mandíbulas y los huesos aparecen en el suelo cada vez que llueve y se aparta un poco la tierra. No estamos exagerando, es un lugar para seguir recordando que el peor enemigo del hombre sigue siendo el hombre y que aunque parece que esto no pueda suceder nunca jamás, la historia nos va recordando que sí es posible y que incluso las organizaciones mundiales en pro de la paz no pueden evitarlo.

Bien, como os podéis imaginar aquel día fue terrible, Blanca no dejaba de llorar y Quique quedó en silencio el resto del día. Por la noche nos costó conciliar el sueño, y cada vez sentíamos más empatía por este precioso país.

Finalmente con los visados de Vietnam en mano embarcamos en un barco que nos llevaría rio abajo a lo largo del Mekong. Nos esperaban más de 5 horas de viaje hasta la frontera y desde allí hasta el inmenso Delta del Mekong.


Tío Quique

Encontrarnos con Quique y Esther fue una casualidad absoluta, una coincidencia de esas que se dan una vez en la vida y tuvimos la suerte de compartir con él unos momentos inolvidables.

Nuestro Tío Quique falleció el 22 de septiembre de éste mismo año como consecuencia de un cáncer contra el que luchó con optimismo hasta el último momento.

Teníamos pendiente esta publicación desde hacía mucho tiempo, de hecho, la mayor parte del texto fue escrita durante el mes de agosto. Después, al morir Tío Quique nos costó finalizar el escrito. No hemos hecho cambios sobre la parte escrita y así está: con alegría, sencillez y gratitud sincera por aquella genial coincidencia.

Ahora los recuerdos de aquellos maravillosos días por Cambodia los atesoramos como si fueran joyas de gran valor. Tenemos la suerte de que nos basta con cerrar los ojos para imaginarnos a nuestro tío con su sombrero de viajero y su mirada feliz en el horizonte.
 
-Hasta la vista marinero
 

domingo, 26 de febrero de 2012

Llegada a Asia. Singapur, Malasia y Tailandia

Pamukkale, Turquía, 13 de febrero de 2012. Dedicat a l'Alexis i la Patricia, i al caliu de la seva hospitalitat.

Vistas de los modernos rascacielos de Singapur desde el Marina Bay Sands
Nuestra llegada a Asia fue por la puerta grande, pues nos esperaba la magnifica ciudad de Singapur y nuestros amigos  Alexis y Patricia. Sí, la verdad es que no teníamos planeado visitar Singapur en nuestro recorrido por el mundo, pero las casualidades, la excelente ubicación y la conexión de la ciudad con el resto del sudeste asiático la convirtieron en el puerto perfecto para nosotros. Además una vez aterrizamos en Singapur lo teníamos perfecto ya que Alexis y Patricia nos ofrecieron su amable hospitalidad! (moltes gràcies de nou pels dies fantàstics a Singapur, trobar el caliu de casa vostra i la companyía de bons amics quan fa tant de temps que voltem sols per aquests móns, s'agreix moltíssim!!!).

L'Alexis posa somrient al balcó de casa seva. Al fons, emergint sobre la selva, la ciutat de Singapur
Pero volvamos a nuestras primeras impresiones de Singapur. Sólo llegar todo fueron facilidades, ni visas, ni excesivos controles y todo el proceso de aduanas, retirada de equipaje fue rapidísimo y extremadamente ágil. En apenas 10 minutos después del  aterrizaje ya estábamos tomando un taxi hacia la ciudad. Una vez sentados en el taxi nuestras caras hablaban por si solas...estábamos ante una ciudad del futuro en medio de la selva. Exacto, Singapur se nos presentó como la ciudad ideal del futuro, moderna, limpia, organizada y muy verde!!!
 
Calle en medio de Singapur
 Los dos sabíamos que la ciudad nos iba a impresionar, pero nunca pensamos en verla tan verde y cuidada. Cuando un europeo de la ciudades con siglos de historia llega por primera vez a Singapur se debe sentir un poco como nos sentimos nosotros...algo así como un par de abuelos intentando navegar por primera vez por internet!!!
Pero, la sensación de patosos en medio de tanta modernidad sólo duro unos pocos minutos, y es que a lo bueno uno se acostumbra muy rápido!
Así que finalmente llegamos a casa de Alexis y Patricia, un lugar estupendo con unas vistas asombrosas de la ciudad. Por la noche, después de una muy agradable charla poniéndonos al día de las novedades, nos fuimos a la piscina del último piso y nos dimos un baño nocturno de lujo viendo las luces y los rascacielos de Singapur. Ya veis que para ser unos recién llegados nos íbamos adaptando a la perfección!!!

Al día siguiente nos levantamos prontito para empezar a explorar la ciudad de verdad...A pie y sudando!!! Singapur tiene clima tropical y la temperatura suele ser de 30 grados de media, con una humedad altísima lo cual provoca una sensación de bochorno agotador!!! De modo que andar por Singapur conlleva sudar y estar preparado para un súbito chaparrón en cualquier momento....Sí, llueve a cántaros y sin aviso, así que si te pilla desprevenido no hay otra que esconderse en uno de sus millones de centros comerciales hasta que amaine!


Algunos de los innumerables centros comerciales de Singapur

 Pues lo dicho, empezamos andar, nos fuimos a visitar la parte más colonial de la ciudad, los edificios de herencia británica ( Singapur es una isla estado que fue ocupada por los británicos  hace 200 años, en concreto por la Compañía de las Indias Orientales Británica. Resulta que mediante una serie de tratados con los sultanes de la zona, estos cedieron la tierras de la Isla a la Compañía Británica a cambio de rentas vitalicias). Así que es bien fácil tropezarse con edificios que se llamen Raffles (sí, el famosísimo Raffles, convertido hoy en un centro comercial de lujo además de un hotelazo lujosísimo de tipo colonial), casas  de  arquitectura victoriana pintadas de colores al lado de templos taoístas, entre otros.

Barrio colonial con fondo de rascacielos
Singapur como  el resto de grandes  ciudades asiáticas, se caracteriza por la mezcla de culturas así que te puedes pasear por una avenida casi Londinense, de allí ir al  barrio chino,  luego saltar al hindú y de allí al musulmán y todo en un simple plis, es como dar un pequeño viaje por  el mundo en menos de 1 hora!. En cada uno de ellos se puede  ver la convivencia pacífica entre religiones y gentes, y a nuestro modo de ver justo ahí radica la gracia; la sintonía de razas y filosofías en una misma ciudad donde llevar velo, saree, túnica budista o traje y corbata no parece importar a nadie. Te pasees por donde te pasees hay de todo y muy variado.

Barrio colonial con fondo de rascacielos 2
Pero seamos sinceros, lo que nos tenía verdaderamente asombrados era el Singapur moderno, así que después de una ruta cultural entre barrios nos fuimos a ver las nuevas maravillas de la construcción moderna de la ciudad. Singapur está en crecimiento, mires donde mires hay obras y por la experiencia de Quique en el tema, parecían obras complicadas y de mucho mérito que probablemente embellecerán más el perfil de la ciudad. Y es que debemos admitirlo, a nuestro modo de ver, Singapur es la ciudad más bonita de todo el sudeste asiático!!!


Blanca camina entre los modernísimos edificios de Singapur 

Una de las faraónicas obras que se están realizando en la zona de la costa. Al fondo, en el mar, centenares de buques esperan turno para ser estibados en el puerto franco de Singapur

Pero volvamos al barrio financiero o la zona de Marina South donde se levantan los rascacielos más imponentes de la ciudad y el famoso hotel casino Marina Bay Sands

Hotel Marina Bay Sands con su gran barco por terraza
Con diferencia éste es el edificio que más nos sorprendió, no sólo por la singularidad arquitectónica sino por la elegancia y disposición de los espacios. Este hotel, que puede  llegar a parecer una exageración, resulta de lo más agradable y acogedor una vez entras dentro. Nosotros siguiendo nuestra tradición de subir a edificios asombrosos del mundo,  le echamos cara y nos colamos en uno de sus ascensores y en breve estábamos en el piso 57 disfrutando de una terraza con vistas de ensueño...lástima que no íbamos en bañador porque si le echas más "morro" incluso te puedes bañar en una piscina magnífica  y ver como se alumbra la ciudad a tus pies.

Blanca y Quique sonrientes en la azotea del Marina Sand, al fondo la ciudad de Singapur








A la izquierda el interior del hotel, a la derecha, vistas de las tres torres del hotel


Piscina en la azotea del Marina Sand con puerto de Singapur al fondo
Esa misma noche, después de nuestras andanzas nos reunimos con Alexis, Patricia y todo su grupo de amigos de la Universidad. Cenamos en un restaurante afrancesado muy agradable, comiendo raclette y bebiendo vino tinto del Penedès (el mundo es un pañuelo, y Vallformosa nos acompañó durante toda la cena!).
El siguiente día lo dedicamos a visitar el jardín botánico y la famosa avenida Orchard, donde hay cientos de centros comerciales distribuidos por temática; de modo que  hay un centro comercial especializado en juguetes y ropa de niños, otro especializado en material informático y tecnológico. Este último impresionó mucho a Quique ya que se trata de un centro de más de siete plantas dedicadas a la foto, telefonía, informática, audio y video con practicamente todo lo que existe de estas cosas...


Blanca y Quique haciendo el tonto con el atrezzo de una tienda

Después de nuestros días en Singapur tomamos un amplio y cómodo autobús hacia la ciudad de Melacca, una antigua colonia portuguesa, luego holandesa y finalmente británica. Fuimos a Melacca porque la "Lonely Planet" (la guía turística por excelencia del viajero independiente) la recomendaba fervorosamente; decía algo así como que era indispensable caminar por sus barrios de arquitectura colonial. Nosotros hicimos caso, fuimos esperando encontrar algo parecido a lo que habíamos visto en Sudamérica, algo así como un Pelouriño de Salvador de Bahía en miniatura, sin embargo lo que encontramos nada tenía que ver, el tal barrio colonial era un conjunto de cuatro calles y una iglesia sin nada de particular. A partir de aquel día descubrimos que el concepto colonial de las ciudades del sudeste asiático no tenía mucho que ver que ver con aquello a lo que  estábamos acostumbrados...

Barrio colonial de Melacca... Hombre.... no está tan mal ¿no?
 Sí que nos llamó la atención el gran cambio cultural que suponía el país al que acabábamos de llegar. De repente toda aquella sofisticación, orden y limpieza de Singapur desapareció. Los lavabos ya no estaban inmaculados y perfumados sino que pasaron a ser lugares inmundos donde era mejor taparse la nariz y hacer lo que se tuviera que hacer rápidamente para poder salir deprisa. En muchos restaurantes ya no era necesario usar cubiertos, ahora se podían usar las manos!!! Así que un arroz con su salsita te lo puedes comer llevándotelo del plato a la boca con tus propias manos. Después, para rebañar, basta con chuparse los dedos...
Quique pedía arroz con pollo y salsita, Blanca prefería su estupenda hoja con arroz. El camarero se extrañó cuando le pedimos cubiertos...

Muchas de las mujeres usan velo, y es que Malasia es un país musulmán. Se pueden ver a otras etnias, pero el islam es la religión mayoritaria aunque nos dio la sensación de que era un islamismo bastante relajado (al menos en la península malaya).

En plena calle, bajo un toldo, la peluquería
Después de un día en Melacca nos dirigimos a la capital; Kuala Lumpur. Nos hospedamos en el barrio chino, en un pequeño callejón, un lugar entrañable; sucio y caótico. Por las calles casi no se podía andar, estaba lleno de gente, además había un montón de puestos de venta de cualquier cosa. Durante fin de semana aquellas paradas se convertían en improvisados centros de belleza, es decir; te ponían una silla en plena calle y si querías, te sentabas y te hacían un corte de pelo al aire libre. Por la noche salían todo tipo de alimañas; ratas enormes, perros vagabundos y gatos callejeros entre otros, vamos, una delicia, digamos que estábamos bien entretenidos...



En Kuala Lumpur no hay mucho que hacer aparte de ir a ver las Torres Petronas, y eso hicimos, fuimos a verlas. Estas torres se inauguraron en 1998 y fueron los edificios más altos del mundo hasta que se construyó el edificio Taipei 101 en Taiwan en el 2003. Tienen una altura de 452 m (88 pisos). En la parte superior, la planta tiene forma de estrella de 12 picos, un elemento tradicional de la arquitectura islámica.

Blanca ante las Torres Petronas
Normalmente se puede subir hasta el piso 42 que es dónde está el puente que une las torres. La visita es gratis, pero está limitada a las primeras 1.200 visitas del día. Nosotros ansiosos por incluir las Petronas en nuestra lista de rascacielos nos levantamos pronto y a las 8:00 de la mañana estábamos ante las torres, algo extrañados porque no había ninguna cola. En efecto, aquel día no se podía subir pues, con motivo de una remodelación interior iniciada el mes anterior, no se permitían las visitas. Así que tuvimos que conformarnos con dar un paseo contemplándolas desde abajo. Después nos metimos en un enorme centro comercial que hay junto a las torres para refugiarnos del chaparrón que nos persiguió el resto del día y por la noche nos fuimos a ver la Torres iluminadas. Nos habían recomendado un club en lo alto de un hotel, así que, perezosos nos quitamos el polvo de los zapatos, estiramos lo que pudimos nuestra camiseta de ocasiones especiales y nos plantamos en el club de moda del momento, sí, uno de esos que tanto nos entusiasma! (sólo subir en el ascensor ya queríamos escapar...pero la vista de las Torres nos esperaba!) entramos, buscamos las vistas, hicimos las fotos, dimos un breve paseo por el lugar, vimos el ambiente (occidentales presumiendo sus mejores galas...cero locales, algún Thai occidentalizado...y poco más) así que nos fuimos, vimos las luces y adiós al club, a las torres, y a Kuala Lumpur.  Con más alegría que pena, el día siguiente nos pusimos en marcha otra vez.

Las Torres Petronas iluminadas

De allí nos fuimos a las Cameron Highlands, una zona interior famosa por sus plantaciones de té y por su bosques tropicales.  Un respiro de aire fresco después de tanta ciudad, sí, nos convenía dar un paseo por el monte! El bosque en Cameron Highlands es bien especial, se trata de una selva muy húmeda,  con flora típica de las zonas tropicales, pero con temperaturas más frescas y llevaderas. En estos bosques es donde crecen las flores más grandes del mundo- la Rafflesia- nosotros no pudimos ver ninguna en su esplendor...vimos una pero muy pocha, así que no le hicimos ninguna foto!

 La jungla en Cameron Highlands

 Uno de los días dimos un largo paseo y casi nos perdemos entre tanto bosque húmedo y embarrado, menos mal que nos encontramos con un alemán, una británica y unas holandesas...y entre todos formamos equipo para encontrar el sendero...!

Parece un chiste: -Esto que son un alemán, un inglés, dos holandesas y dos españoles perdidos por la jungla de Malasia y...
 Los días siguientes visitamos las plantaciones de té y los campos de fresas y frutos rojos! Nos sorprendieron las plantaciones de té, su verde intenso, parecía que hubieran colocado una gran alfombra verde y espesa sobre las montañas. Y la recolecta de sus hojas es toda una lección de paciencia!.

Plantaciones de té de Malasia
Espesa alfombra de té
En las Highlands hicimos un parón de algunos días ya que el clima resultaba agradable y las opciones para hacer cosas no eran excesivamente caras. Todo muy bien hasta que llegó un día en el que empezó a llover de verdad, una lluvia que no cesaba, con ritmo y sin intención alguna de amainar, fue en ese momento cuando nos dimos cuenta de que no se trataba de la lluvia ocasional de los países tropicales...lo que veíamos ya eran palabras mayores,  exacto, habían llegado los monzones!!!  Media Thailandia se inundaba y nosotros en plena Malaysia empezábamos a notar los efectos de un monzón que poco a poco se iba acercando. Y ahora qué? Pues nada, continuamos nuestro viaje, huimos todo lo que pudimos de las lluvias, pero como podréis ver en las fotos, no tuvimos mucho éxito.
Nuestro siguiente destino fue el Parque Nacional Taman Negara. Un trocito de selva bastante grande y bien conservado de lo que debían ser los bosques que antes había en la península malaya. (cuando uno viaja por la península se da cuenta de la deforestación salvaje que ha sufrido, durante la década de los 90 se deforestó un 13% de sus bosques, cientos de zonas que debían ser selva rica en árboles tropicales, a día de hoy son plantaciones de palmeras para producir aceite de palma!!!). Sólo el camino de las Cameron Higlands a la selva merece la pena, una carreterilla de ripio entre montañas para llegar a la población de Kuala Tembeling a orillas de un señor río también llamado Tembelling. Los dos nos miramos y nos dijimos: caramba, esto me recuerda a algo!!! Sí, exacto, se parecía muchísimo al trayecto en barca por el río Parneiba de Brasil...y es que nos acercábamos a la selva.

Tras cuatro horas en este piraucho llegamos al parque de Taman Negara


Parque de Taman Negara un momento en que salió el sol
 El paseo en barca duró 4 horas, pero fue precioso. Finalmente llegamos al Parque de Taman Negara, todo estupendo,...pero...allí no estábamos solos...Allí nos estaban esperando ansiosamente los mosquitos, las sanguijuelas (que con la humedad de los monzones están bien activas) y todo tipo de bichos de rareza variada y múltiple... iVamos!, que Blanca estaba encantada con tanta variedad! Sin embargo Quique no pudo esperar y aquella misma noche se fue de paseo nocturno por la selva en búsqueda de animales y bichos. iYa veis! iCada cúal con su pascual!



Y es que a Quique le encantan los bichos!!!!!
Al día siguiente nos dispusimos a dar una sudada de las que hacen récord, pues como te despistes, hacer cualquier movimiento o cuatro pasos por la selva te dejan bien deshidratado! Dimos un paseo por la famosa Cannopy walk ( una sucesión de pasarelas colgantes entre las copas de los árboles)  y vimos mas flora y fauna del parque.

Árboles en el Taman Negara

Blanca inicia el ascenso hacia las pasarelas colgantes

Por las pasarelas del cannopy walk... A la derecha Blanca. Obsérvese el detalle de los calcetines por encima del pantalón; se trata de nuestro sistema anti-sanguijuelas!!!

El cannopy walk tiene más de 1 km de pasarelas colgantes entre las copas de los árboles

Y como era de esperar al cabo de unas horas la lluvia apareció! Bien, dejamos el parque y nos fuimos para la población de Jerantut. Desde allí, nuestra intención era tomar el tren de la selva hasta llegar a Kota Baharu y allí cruzar la frontera para entrar en Tailandia. Pero este plan no fue tan bueno como pensábamos: primero, el tren no llega hasta Kota Baharu exactamente, te deja en un pueblo cercano, perfecto para todos los que quieran disfrutar de las Islas Perehentian (destino paradisiaco y muy apetecible, pero cerrado durante monzones), segundo, el paso fronterizo de Kota Baharu está cerrado a los turistas por conflictos internos entre Tailandia y Malaysia.
De modo que nuestras 6 horas de tren de la selva habían sido en dirección contraria...error! Pero no hay mal que por bien no venga, y el viaje en tren nos hizo coincidir con Jordi y Sergi un par de catalanes encantadores, divertidos y dicharacheros con quien compartimos la disparatada aventura de llegar a Tailandia. Los cuatro queríamos lo mismo, llegar a la población de Krabi en Tailandia gastando lo menos posible. Y ahora...recordando la vueltas y peripecias que dimos sólo se nos ocurre describirlo como un trayecto muy divertido pero tremendamente agotador! En realidad no se trataba de muchos km's, sólo fue mala suerte y una combinación peculiar entre poblaciones no adecuadas (esta vez la "Lonely" no ayudó mucho!). Resumiendo, fueron más de 24 horas para hacer unos 300 km's: 3 autobuses, 3 km a pie, 4 horas en una van con sobrecarga de mariscos ( íbamos repartiendo gambitas y calamares por la zona!). Finalmente nos dejaron tirados a la supuesta entrada de Krabi, discutimos hasta la saciedad con el tipo Thai; aquello no era lo acordado!!! Pero pronto nos dimos cuenta de  que no íbamos a conseguir nada y hartos de tanta estafa decidimos buscar una alternativa cuando de repente apareció un joven y nos ofreció el viaje hasta el centro de Krabi en su motorcilla (la motorcilla era un prodigio de la mecánica, se trataba de un scooter a la que, algún amiguete manitas, le había soldado cuatro barras y le había metido una rueda de bicicleta para conformar una especie de sidecar casero). Imaginad la postal: motorcilla artesanal con cesto enorme de sabanas de hotel, nosotros cuatro y las mochilas!!! Fue uno de esos momentos mágicos del viaje, risas, la gente mirándonos asombrada...parecía un puzzle de personas con moto y sábanas....O caíamos todos, o llegábamos muertos de la risa....Y sí, llegamos con lágrimas en los ojos de tanto reír!
Esa noche fuimos a cenar los 4 y celebrar nuestra odisea con buen final.

Con nuestros amigos Jordi y Sergi
Al día siguiente ellos se encaminaron a sus aventuras y nosotros a las nuestras...Pero, os acordáis del monzón ¿No? Pues, sí...Él también estaba allí!!! Pero no desistimos, quisimos intentarlo y ver cómo eran las playas de Tailandia, de modo que nos dispusimos a embarcarnos en una "long tail" (la embarcación típica de Tailandia) para surcar los mares de la costa de Andamán...Error! La barca al principio fue bien, primero lucía el sol e incluso pudimos visitar varias islas (incluso una llena de monumentos fálicos) pero luego todo empezó a salir mal,  la situación se iba convirtiendo en un desastre...Embarrancamos en un arrecife y hubo que bajar a desatascarla...Luego se averió el motor y nos quedamos flotando a la deriva. Finalmente, cuando el joven mecánico, timonel y capitán de la nave (que era la misma persona) que había desarmado y vuelto a armar el motor unas cuantas veces lo logró arrancar, entonces se puso a llover a cántaros!!! Pero eso sí, nos divertimos muchísimo!

Al principio, todo iba bien, incluso  había salido el sol

Pudimos visitar algunas islas y ver los acantilados con sus formaciones de estalactitas
Momumentos fálicos en una de las islas

El motor estropeado... Nuestro capitán lo desmontó,  lo arregló y nos trajo de vuelta a puerto. Aquel muchacho era un fenómeno!!!
Esta experiencia nos hizo reflexionar seriamente sobre el factor monzón, y finalmente decidimos esquivarlo al completo; es decir, saltarnos Tailandia e irnos directamente a Cambodia ( ya volveríamos a las playas a mediados de diciembre cuando hiciera buen tiempo). Por lo tanto,  cogimos el siguiente bus a Bangkok (que todavía estaba inundada) y de allí a la frontera de Cambodia donde nos esperaban un montón de sorpresas!