Pamukkale, Turquía 12 de febrero de 2012
Vistas de la bahía de Sydney con el edificio de la Ópera y el Puente Harbor |
Llegamos a Sydney después de haber pasado un mes inolvidable en tierras neozelandesas y aún con la sensación de que todavía nos faltaba mucho por ver en el país de los kiwis, pero los dos sabíamos que nos teníamos que mover y que todavía teníamos mucho viaje por delante... Nuestra siguiente parada era Australia, un continente del tamaño de Europa y del que habíamos decidido visitar dos de sus ciudades principales; Sydney y Melbourne.
Al llegar a Sydney, nuestra primera impresión fue la de una gran ciudad; rascacielos interminables, grandes avenidas, tiendas de todo tipo, restaurantes... En fin, un buen lugar donde tomar fuerzas antes de llegar a Asia.
Es la ciudad más antigua de las ciudades australianas, se fundó en 1788 cuando llegó la primera flota de convictos traídos desde el actual Reino Unido. Éstos se asentaron en el que ahora es el barrio más antiguo: The Rocks, un lugar portuario que en aquellos tiempos debió tener una atmósfera de lo más acogedora; prostitutas, ladrones, asesinos... O sea, de lo mejorcito de las islas británicas. También llegaban otros colonos con pasados menos turbios que habían sucumbido a las promesas de su gobierno, algo del tipo: -Ven a colonizar Australia, una tierra de oportunidades!!!- y después de varios meses de viaje aquellos ingenuos colonos llegaban a los Rocks con sus burdeles y antros llenos de malandros de todo tipo!! Suponemos que se debieron sentir algo defraudados... Pero al final, vinieran de donde vinieran y fueran lo que fueran, aquellas gentes se pusieron manos a la obra y lograron construir una de las ciudades mas ricas del mundo en poco más de 200 años.
Sydney es ante todo una ciudad abierta al mar, toda ella creció en torno a su puerto en la bahía de Jackson y sus principales atractivos están junto al mar; el edificio de la ópera, el puente del puerto y naturalmente sus playas...
El "skyline" de Sydney |
Una cosa que nos sorprendió en Sydney, es la atención que toman sus habitantes para estar siempre en forma y a la moda. A todas horas se puede ver a gentes de todas las edades corriendo por la calle, así que se mantienen siempre con muy buen tipo y además de muy guapos. Y es que los habitantes de Sydney en efecto lo son!!
Las mujeres son en general guapísimas; hay un montón de Nicoles Kidmanes por todas partes y los hombres son también muy atractivos; hay Meles Gibsons y Pauls Hoogans por doquier, así que Quique tuvo que llamarle la atención a Blanca en un par de ocasiones para que disimulara un poco...(Ya será menos, Quique es un exagerado y él sí que andaba anonadado con tanto “short” y melenas rubias al viento!!!) No satisfechos únicamente con ser muy guapos y estar en forma, van vestidos a la última; adornados con todas las marcas del mundo y a todas horas (para que os lo podáis imaginar mejor; sería como mezclar un 30% del orden británico, más un 30% del buen gusto italiano, más un 20% del pragmatismo yanqui y por último, un 20% del positivismo del brasileño. El resultado es igual a un australiano de Sydney en toda potencia!) y es que en Sydney está lleno de tiendas de ropa para que todos y todas lo encuentren absolutamente todo... Pero su momento favorito es la noche!!! Sydney cierra sus centros comerciales, prende las luces de neón, y el centro se convierte en una gran discoteca o club nocturno de moda con un montón de bares para todos los gustos, incluso para los más alternativos. …
y es que les encanta salir de noche, primero se acicalan como para ir a una boda “de corto y escote” y luego acuden fieles a sus lugares favoritos! Todos salen y a ser posible a diario, entre semana se retiran más pronto y a partir del viernes…no hay horario!!!
Según nos contó un local, la mayoría de jóvenes salen, beben bastante y a las seis de la mañana cambian el traje de noche por el atuendo deportivo y a correr, nadar o lo que se tercie, la cuestión es quemar las calorías de la noche anterior, y a marcar tipito…
Arriba el práctico monorail de Sydney |
El emblemático puente Harbor de Sydney |
Puente Harbor |
Se abrió al público en 1932 tras 8 años de construcción y actualmente alberga 8 carriles de tráfico 2 líneas de ferrocarril, 1 carril para bicicletas y uno más para peatones. Se construyó mediante voladizos sucesivos, es decir, se empezó a construir el arco desde ambos extremos para unirse luego en el centro del puente.
El arco tiene en su punto más alto 134m sobre el nivel del mar por lo que hasta 1967 fue la estructura más alta de la ciudad.
Construcción del puente durante los 30 |
Existe una famosa excursión que permite cruzar el puente por su arco superior, pero es desmesuradamente cara, así que lo cruzamos por su carril peatonal.
Vistas de la ciudad desde el Puente |
De vuelta a la ciudad ya sólo nos quedaba visitar el que es probablemente su edificio más emblemático: la Ópera de Sydney.
La Opera de Sydney alberga cuatro grandes salas para representaciones |
A finales de los años 40 la ciudad vio la necesidad de construir un edificio para las grandes producciones. En 1955 se celebró un concurso al que se presentaron más de 220 proyectos de 28 países. Finalmente se escogió el proyecto presentado por Jørn Utzon, un arquitecto danés. El coste inicial estimado era de 7 millones de dólares. Sin embargo Utzon sólo había presentado algunos bocetos y diagramas. Para cuando empezaron las obras resultó que llevar a cabo el proyecto iba a ser mucho más complejo de lo que se creía, incluso se dudó de que pudiera construirse pues llevaba a los arquitectos e ingenieros a los límites tecnológicos de la época. Aquello provocó un sinfín de demoras y sobrecostes lo que llevó a Utzon a dimitir y las obras estuvieron paradas durante varios años por falta de financiación. Finalmente se lograron terminar en 1973, con un coste final de más de 102 millones de dólares. Así que el edificio más famoso de Sydney salió además muy caro.
Cuando fuimos a visitar el singular edificio vimos que para el día siguiente estaba prevista la representación de Don Giovanni de Mozart, y pensamos que era una ópera facilita para nosotros. Preguntamos el precio de las entradas y era muy alto pero teníamos la posibilidad de comprar unas más económicas el mismo día de la actuación. Y como nosotros no salimos de fiesta por la noche, ( el presupuesto del mochilero no da para todo!) al día siguiente a las 7:30 de la mañana ya estábamos haciendo cola frente a la taquilla y sí, conseguimos nuestras entradas bastante más baratas!!!
Síiii!!! nuestras entradas para la Ópera |
Con nuestras localidades en el bolsillo paseamos contentísimos todo el día a la espera de que diera comienzo nuestra noche en la ópera.
Blanca y Quique, muy contentos, paseando por Sydney |
Como en este viaje andábamos algo mal de indumentaria para ir a óperas decidimos ir al barrio chino, a ver si se podía hacer algo y evitar ir con nuestras habituales ropas polvorientas del "coronel tapioca". Y tras andar por los callejones de un mercado chino encontramos algo baratito que podía servir. Así que ya lo teníamos todo, ahora sólo teníamos que sentarnos, relajarnos y disfrutar de la función...
...Señoras y señores, se ruega apaguen sus teléfonos móviles, la función dará comienzo en unos minutos... |
Blanca frente a la Ópera
El Puente de noche |
Estación de ferrocarril de Melbourne |
Complejo de edificios Crown, el lugar de ocio de la ciudad |
A éste, naturalmente, había que subir |
Vistas desde lo alto |
Durante los siguientes tres días que pasamos en la ciudad estuvimos recorriendo sus calles, dando bonitos paseos junto al río, visitando el jardín botánico y acudiendo a la fantástica biblioteca que tiene la ciudad para consultar guías de viaje y preparar nuestra ruta por el continente asiático. Pero además, como aquellos días estábamos un poco nostálgicos y como se trataba de tomar fuerzas antes de empezar una obligada dieta de arroz y fideos nos dimos un capricho; en Melbourne hay un restaurante que tiene muchísimo éxito y que casualmente es español, sí exacto! Sería como un Tapas 24 en pleno Melbourne con carteles de corridas de toros imposibles (Mezclar el “Juli” con “Dominguín” en el mismo cartel de corridas nos pareció un gran despropósito, sólo disculpable por lo bien que queda un cartel de toros en un bar de tapas español!) Y sí, era un auténtico bar “de tapas de moda” llamado “Movida”. Está en un callejón feísimo (Han querido montar el Bar en una calle tipo casco viejo de Madrid de los 80 con pintadas y mugre) eso sí, en medio de Melbourne. Y lo dicho…es la gallina de los huevos de oro…el bar siempre está a tope…si no reservas con bastante anticipación no comes y eso que a día de hoy Melbourne ya cuenta con 3 Movida repartidos por la ciudad. Por si fuera poco, el dueño escribe libros de cocina y un tipo de guías gastronómicas de Barcelona…y etc. En resumen, un gran genio del márquetin establecido en Melbourne que sirve algunos platillos españoles (muy buenos!) a precio de oro….Y después de dos croquetas y un platillo de ibéricos nos sonreímos mutuamente pensando que como en casa nada…Así que, con el estómago preparado para entrar en Asia nos dimos por satisfechos .
Bodega de Jerez en pleno centro de Melbourne |
Poco tiempo más tarde estábamos a bordo de nuestro avión sobrevolando los desiertos australianos rumbo a Singapur, ciudad que, como veremos más adelante, iba a resultar perfecta para… Bueno, para seguir tomando fuerzas...
Sobrevolando Australia |
bueno, veo que vais actualizando de vez en cuando! Me ha sorprendido que en vuestros viajes hayais podido volver a 1930 para ver la construcción del puente.
ResponderEliminarbye bye