domingo, 26 de febrero de 2012

Llegada a Asia. Singapur, Malasia y Tailandia

Pamukkale, Turquía, 13 de febrero de 2012. Dedicat a l'Alexis i la Patricia, i al caliu de la seva hospitalitat.

Vistas de los modernos rascacielos de Singapur desde el Marina Bay Sands
Nuestra llegada a Asia fue por la puerta grande, pues nos esperaba la magnifica ciudad de Singapur y nuestros amigos  Alexis y Patricia. Sí, la verdad es que no teníamos planeado visitar Singapur en nuestro recorrido por el mundo, pero las casualidades, la excelente ubicación y la conexión de la ciudad con el resto del sudeste asiático la convirtieron en el puerto perfecto para nosotros. Además una vez aterrizamos en Singapur lo teníamos perfecto ya que Alexis y Patricia nos ofrecieron su amable hospitalidad! (moltes gràcies de nou pels dies fantàstics a Singapur, trobar el caliu de casa vostra i la companyía de bons amics quan fa tant de temps que voltem sols per aquests móns, s'agreix moltíssim!!!).

L'Alexis posa somrient al balcó de casa seva. Al fons, emergint sobre la selva, la ciutat de Singapur
Pero volvamos a nuestras primeras impresiones de Singapur. Sólo llegar todo fueron facilidades, ni visas, ni excesivos controles y todo el proceso de aduanas, retirada de equipaje fue rapidísimo y extremadamente ágil. En apenas 10 minutos después del  aterrizaje ya estábamos tomando un taxi hacia la ciudad. Una vez sentados en el taxi nuestras caras hablaban por si solas...estábamos ante una ciudad del futuro en medio de la selva. Exacto, Singapur se nos presentó como la ciudad ideal del futuro, moderna, limpia, organizada y muy verde!!!
 
Calle en medio de Singapur
 Los dos sabíamos que la ciudad nos iba a impresionar, pero nunca pensamos en verla tan verde y cuidada. Cuando un europeo de la ciudades con siglos de historia llega por primera vez a Singapur se debe sentir un poco como nos sentimos nosotros...algo así como un par de abuelos intentando navegar por primera vez por internet!!!
Pero, la sensación de patosos en medio de tanta modernidad sólo duro unos pocos minutos, y es que a lo bueno uno se acostumbra muy rápido!
Así que finalmente llegamos a casa de Alexis y Patricia, un lugar estupendo con unas vistas asombrosas de la ciudad. Por la noche, después de una muy agradable charla poniéndonos al día de las novedades, nos fuimos a la piscina del último piso y nos dimos un baño nocturno de lujo viendo las luces y los rascacielos de Singapur. Ya veis que para ser unos recién llegados nos íbamos adaptando a la perfección!!!

Al día siguiente nos levantamos prontito para empezar a explorar la ciudad de verdad...A pie y sudando!!! Singapur tiene clima tropical y la temperatura suele ser de 30 grados de media, con una humedad altísima lo cual provoca una sensación de bochorno agotador!!! De modo que andar por Singapur conlleva sudar y estar preparado para un súbito chaparrón en cualquier momento....Sí, llueve a cántaros y sin aviso, así que si te pilla desprevenido no hay otra que esconderse en uno de sus millones de centros comerciales hasta que amaine!


Algunos de los innumerables centros comerciales de Singapur

 Pues lo dicho, empezamos andar, nos fuimos a visitar la parte más colonial de la ciudad, los edificios de herencia británica ( Singapur es una isla estado que fue ocupada por los británicos  hace 200 años, en concreto por la Compañía de las Indias Orientales Británica. Resulta que mediante una serie de tratados con los sultanes de la zona, estos cedieron la tierras de la Isla a la Compañía Británica a cambio de rentas vitalicias). Así que es bien fácil tropezarse con edificios que se llamen Raffles (sí, el famosísimo Raffles, convertido hoy en un centro comercial de lujo además de un hotelazo lujosísimo de tipo colonial), casas  de  arquitectura victoriana pintadas de colores al lado de templos taoístas, entre otros.

Barrio colonial con fondo de rascacielos
Singapur como  el resto de grandes  ciudades asiáticas, se caracteriza por la mezcla de culturas así que te puedes pasear por una avenida casi Londinense, de allí ir al  barrio chino,  luego saltar al hindú y de allí al musulmán y todo en un simple plis, es como dar un pequeño viaje por  el mundo en menos de 1 hora!. En cada uno de ellos se puede  ver la convivencia pacífica entre religiones y gentes, y a nuestro modo de ver justo ahí radica la gracia; la sintonía de razas y filosofías en una misma ciudad donde llevar velo, saree, túnica budista o traje y corbata no parece importar a nadie. Te pasees por donde te pasees hay de todo y muy variado.

Barrio colonial con fondo de rascacielos 2
Pero seamos sinceros, lo que nos tenía verdaderamente asombrados era el Singapur moderno, así que después de una ruta cultural entre barrios nos fuimos a ver las nuevas maravillas de la construcción moderna de la ciudad. Singapur está en crecimiento, mires donde mires hay obras y por la experiencia de Quique en el tema, parecían obras complicadas y de mucho mérito que probablemente embellecerán más el perfil de la ciudad. Y es que debemos admitirlo, a nuestro modo de ver, Singapur es la ciudad más bonita de todo el sudeste asiático!!!


Blanca camina entre los modernísimos edificios de Singapur 

Una de las faraónicas obras que se están realizando en la zona de la costa. Al fondo, en el mar, centenares de buques esperan turno para ser estibados en el puerto franco de Singapur

Pero volvamos al barrio financiero o la zona de Marina South donde se levantan los rascacielos más imponentes de la ciudad y el famoso hotel casino Marina Bay Sands

Hotel Marina Bay Sands con su gran barco por terraza
Con diferencia éste es el edificio que más nos sorprendió, no sólo por la singularidad arquitectónica sino por la elegancia y disposición de los espacios. Este hotel, que puede  llegar a parecer una exageración, resulta de lo más agradable y acogedor una vez entras dentro. Nosotros siguiendo nuestra tradición de subir a edificios asombrosos del mundo,  le echamos cara y nos colamos en uno de sus ascensores y en breve estábamos en el piso 57 disfrutando de una terraza con vistas de ensueño...lástima que no íbamos en bañador porque si le echas más "morro" incluso te puedes bañar en una piscina magnífica  y ver como se alumbra la ciudad a tus pies.

Blanca y Quique sonrientes en la azotea del Marina Sand, al fondo la ciudad de Singapur








A la izquierda el interior del hotel, a la derecha, vistas de las tres torres del hotel


Piscina en la azotea del Marina Sand con puerto de Singapur al fondo
Esa misma noche, después de nuestras andanzas nos reunimos con Alexis, Patricia y todo su grupo de amigos de la Universidad. Cenamos en un restaurante afrancesado muy agradable, comiendo raclette y bebiendo vino tinto del Penedès (el mundo es un pañuelo, y Vallformosa nos acompañó durante toda la cena!).
El siguiente día lo dedicamos a visitar el jardín botánico y la famosa avenida Orchard, donde hay cientos de centros comerciales distribuidos por temática; de modo que  hay un centro comercial especializado en juguetes y ropa de niños, otro especializado en material informático y tecnológico. Este último impresionó mucho a Quique ya que se trata de un centro de más de siete plantas dedicadas a la foto, telefonía, informática, audio y video con practicamente todo lo que existe de estas cosas...


Blanca y Quique haciendo el tonto con el atrezzo de una tienda

Después de nuestros días en Singapur tomamos un amplio y cómodo autobús hacia la ciudad de Melacca, una antigua colonia portuguesa, luego holandesa y finalmente británica. Fuimos a Melacca porque la "Lonely Planet" (la guía turística por excelencia del viajero independiente) la recomendaba fervorosamente; decía algo así como que era indispensable caminar por sus barrios de arquitectura colonial. Nosotros hicimos caso, fuimos esperando encontrar algo parecido a lo que habíamos visto en Sudamérica, algo así como un Pelouriño de Salvador de Bahía en miniatura, sin embargo lo que encontramos nada tenía que ver, el tal barrio colonial era un conjunto de cuatro calles y una iglesia sin nada de particular. A partir de aquel día descubrimos que el concepto colonial de las ciudades del sudeste asiático no tenía mucho que ver que ver con aquello a lo que  estábamos acostumbrados...

Barrio colonial de Melacca... Hombre.... no está tan mal ¿no?
 Sí que nos llamó la atención el gran cambio cultural que suponía el país al que acabábamos de llegar. De repente toda aquella sofisticación, orden y limpieza de Singapur desapareció. Los lavabos ya no estaban inmaculados y perfumados sino que pasaron a ser lugares inmundos donde era mejor taparse la nariz y hacer lo que se tuviera que hacer rápidamente para poder salir deprisa. En muchos restaurantes ya no era necesario usar cubiertos, ahora se podían usar las manos!!! Así que un arroz con su salsita te lo puedes comer llevándotelo del plato a la boca con tus propias manos. Después, para rebañar, basta con chuparse los dedos...
Quique pedía arroz con pollo y salsita, Blanca prefería su estupenda hoja con arroz. El camarero se extrañó cuando le pedimos cubiertos...

Muchas de las mujeres usan velo, y es que Malasia es un país musulmán. Se pueden ver a otras etnias, pero el islam es la religión mayoritaria aunque nos dio la sensación de que era un islamismo bastante relajado (al menos en la península malaya).

En plena calle, bajo un toldo, la peluquería
Después de un día en Melacca nos dirigimos a la capital; Kuala Lumpur. Nos hospedamos en el barrio chino, en un pequeño callejón, un lugar entrañable; sucio y caótico. Por las calles casi no se podía andar, estaba lleno de gente, además había un montón de puestos de venta de cualquier cosa. Durante fin de semana aquellas paradas se convertían en improvisados centros de belleza, es decir; te ponían una silla en plena calle y si querías, te sentabas y te hacían un corte de pelo al aire libre. Por la noche salían todo tipo de alimañas; ratas enormes, perros vagabundos y gatos callejeros entre otros, vamos, una delicia, digamos que estábamos bien entretenidos...



En Kuala Lumpur no hay mucho que hacer aparte de ir a ver las Torres Petronas, y eso hicimos, fuimos a verlas. Estas torres se inauguraron en 1998 y fueron los edificios más altos del mundo hasta que se construyó el edificio Taipei 101 en Taiwan en el 2003. Tienen una altura de 452 m (88 pisos). En la parte superior, la planta tiene forma de estrella de 12 picos, un elemento tradicional de la arquitectura islámica.

Blanca ante las Torres Petronas
Normalmente se puede subir hasta el piso 42 que es dónde está el puente que une las torres. La visita es gratis, pero está limitada a las primeras 1.200 visitas del día. Nosotros ansiosos por incluir las Petronas en nuestra lista de rascacielos nos levantamos pronto y a las 8:00 de la mañana estábamos ante las torres, algo extrañados porque no había ninguna cola. En efecto, aquel día no se podía subir pues, con motivo de una remodelación interior iniciada el mes anterior, no se permitían las visitas. Así que tuvimos que conformarnos con dar un paseo contemplándolas desde abajo. Después nos metimos en un enorme centro comercial que hay junto a las torres para refugiarnos del chaparrón que nos persiguió el resto del día y por la noche nos fuimos a ver la Torres iluminadas. Nos habían recomendado un club en lo alto de un hotel, así que, perezosos nos quitamos el polvo de los zapatos, estiramos lo que pudimos nuestra camiseta de ocasiones especiales y nos plantamos en el club de moda del momento, sí, uno de esos que tanto nos entusiasma! (sólo subir en el ascensor ya queríamos escapar...pero la vista de las Torres nos esperaba!) entramos, buscamos las vistas, hicimos las fotos, dimos un breve paseo por el lugar, vimos el ambiente (occidentales presumiendo sus mejores galas...cero locales, algún Thai occidentalizado...y poco más) así que nos fuimos, vimos las luces y adiós al club, a las torres, y a Kuala Lumpur.  Con más alegría que pena, el día siguiente nos pusimos en marcha otra vez.

Las Torres Petronas iluminadas

De allí nos fuimos a las Cameron Highlands, una zona interior famosa por sus plantaciones de té y por su bosques tropicales.  Un respiro de aire fresco después de tanta ciudad, sí, nos convenía dar un paseo por el monte! El bosque en Cameron Highlands es bien especial, se trata de una selva muy húmeda,  con flora típica de las zonas tropicales, pero con temperaturas más frescas y llevaderas. En estos bosques es donde crecen las flores más grandes del mundo- la Rafflesia- nosotros no pudimos ver ninguna en su esplendor...vimos una pero muy pocha, así que no le hicimos ninguna foto!

 La jungla en Cameron Highlands

 Uno de los días dimos un largo paseo y casi nos perdemos entre tanto bosque húmedo y embarrado, menos mal que nos encontramos con un alemán, una británica y unas holandesas...y entre todos formamos equipo para encontrar el sendero...!

Parece un chiste: -Esto que son un alemán, un inglés, dos holandesas y dos españoles perdidos por la jungla de Malasia y...
 Los días siguientes visitamos las plantaciones de té y los campos de fresas y frutos rojos! Nos sorprendieron las plantaciones de té, su verde intenso, parecía que hubieran colocado una gran alfombra verde y espesa sobre las montañas. Y la recolecta de sus hojas es toda una lección de paciencia!.

Plantaciones de té de Malasia
Espesa alfombra de té
En las Highlands hicimos un parón de algunos días ya que el clima resultaba agradable y las opciones para hacer cosas no eran excesivamente caras. Todo muy bien hasta que llegó un día en el que empezó a llover de verdad, una lluvia que no cesaba, con ritmo y sin intención alguna de amainar, fue en ese momento cuando nos dimos cuenta de que no se trataba de la lluvia ocasional de los países tropicales...lo que veíamos ya eran palabras mayores,  exacto, habían llegado los monzones!!!  Media Thailandia se inundaba y nosotros en plena Malaysia empezábamos a notar los efectos de un monzón que poco a poco se iba acercando. Y ahora qué? Pues nada, continuamos nuestro viaje, huimos todo lo que pudimos de las lluvias, pero como podréis ver en las fotos, no tuvimos mucho éxito.
Nuestro siguiente destino fue el Parque Nacional Taman Negara. Un trocito de selva bastante grande y bien conservado de lo que debían ser los bosques que antes había en la península malaya. (cuando uno viaja por la península se da cuenta de la deforestación salvaje que ha sufrido, durante la década de los 90 se deforestó un 13% de sus bosques, cientos de zonas que debían ser selva rica en árboles tropicales, a día de hoy son plantaciones de palmeras para producir aceite de palma!!!). Sólo el camino de las Cameron Higlands a la selva merece la pena, una carreterilla de ripio entre montañas para llegar a la población de Kuala Tembeling a orillas de un señor río también llamado Tembelling. Los dos nos miramos y nos dijimos: caramba, esto me recuerda a algo!!! Sí, exacto, se parecía muchísimo al trayecto en barca por el río Parneiba de Brasil...y es que nos acercábamos a la selva.

Tras cuatro horas en este piraucho llegamos al parque de Taman Negara


Parque de Taman Negara un momento en que salió el sol
 El paseo en barca duró 4 horas, pero fue precioso. Finalmente llegamos al Parque de Taman Negara, todo estupendo,...pero...allí no estábamos solos...Allí nos estaban esperando ansiosamente los mosquitos, las sanguijuelas (que con la humedad de los monzones están bien activas) y todo tipo de bichos de rareza variada y múltiple... iVamos!, que Blanca estaba encantada con tanta variedad! Sin embargo Quique no pudo esperar y aquella misma noche se fue de paseo nocturno por la selva en búsqueda de animales y bichos. iYa veis! iCada cúal con su pascual!



Y es que a Quique le encantan los bichos!!!!!
Al día siguiente nos dispusimos a dar una sudada de las que hacen récord, pues como te despistes, hacer cualquier movimiento o cuatro pasos por la selva te dejan bien deshidratado! Dimos un paseo por la famosa Cannopy walk ( una sucesión de pasarelas colgantes entre las copas de los árboles)  y vimos mas flora y fauna del parque.

Árboles en el Taman Negara

Blanca inicia el ascenso hacia las pasarelas colgantes

Por las pasarelas del cannopy walk... A la derecha Blanca. Obsérvese el detalle de los calcetines por encima del pantalón; se trata de nuestro sistema anti-sanguijuelas!!!

El cannopy walk tiene más de 1 km de pasarelas colgantes entre las copas de los árboles

Y como era de esperar al cabo de unas horas la lluvia apareció! Bien, dejamos el parque y nos fuimos para la población de Jerantut. Desde allí, nuestra intención era tomar el tren de la selva hasta llegar a Kota Baharu y allí cruzar la frontera para entrar en Tailandia. Pero este plan no fue tan bueno como pensábamos: primero, el tren no llega hasta Kota Baharu exactamente, te deja en un pueblo cercano, perfecto para todos los que quieran disfrutar de las Islas Perehentian (destino paradisiaco y muy apetecible, pero cerrado durante monzones), segundo, el paso fronterizo de Kota Baharu está cerrado a los turistas por conflictos internos entre Tailandia y Malaysia.
De modo que nuestras 6 horas de tren de la selva habían sido en dirección contraria...error! Pero no hay mal que por bien no venga, y el viaje en tren nos hizo coincidir con Jordi y Sergi un par de catalanes encantadores, divertidos y dicharacheros con quien compartimos la disparatada aventura de llegar a Tailandia. Los cuatro queríamos lo mismo, llegar a la población de Krabi en Tailandia gastando lo menos posible. Y ahora...recordando la vueltas y peripecias que dimos sólo se nos ocurre describirlo como un trayecto muy divertido pero tremendamente agotador! En realidad no se trataba de muchos km's, sólo fue mala suerte y una combinación peculiar entre poblaciones no adecuadas (esta vez la "Lonely" no ayudó mucho!). Resumiendo, fueron más de 24 horas para hacer unos 300 km's: 3 autobuses, 3 km a pie, 4 horas en una van con sobrecarga de mariscos ( íbamos repartiendo gambitas y calamares por la zona!). Finalmente nos dejaron tirados a la supuesta entrada de Krabi, discutimos hasta la saciedad con el tipo Thai; aquello no era lo acordado!!! Pero pronto nos dimos cuenta de  que no íbamos a conseguir nada y hartos de tanta estafa decidimos buscar una alternativa cuando de repente apareció un joven y nos ofreció el viaje hasta el centro de Krabi en su motorcilla (la motorcilla era un prodigio de la mecánica, se trataba de un scooter a la que, algún amiguete manitas, le había soldado cuatro barras y le había metido una rueda de bicicleta para conformar una especie de sidecar casero). Imaginad la postal: motorcilla artesanal con cesto enorme de sabanas de hotel, nosotros cuatro y las mochilas!!! Fue uno de esos momentos mágicos del viaje, risas, la gente mirándonos asombrada...parecía un puzzle de personas con moto y sábanas....O caíamos todos, o llegábamos muertos de la risa....Y sí, llegamos con lágrimas en los ojos de tanto reír!
Esa noche fuimos a cenar los 4 y celebrar nuestra odisea con buen final.

Con nuestros amigos Jordi y Sergi
Al día siguiente ellos se encaminaron a sus aventuras y nosotros a las nuestras...Pero, os acordáis del monzón ¿No? Pues, sí...Él también estaba allí!!! Pero no desistimos, quisimos intentarlo y ver cómo eran las playas de Tailandia, de modo que nos dispusimos a embarcarnos en una "long tail" (la embarcación típica de Tailandia) para surcar los mares de la costa de Andamán...Error! La barca al principio fue bien, primero lucía el sol e incluso pudimos visitar varias islas (incluso una llena de monumentos fálicos) pero luego todo empezó a salir mal,  la situación se iba convirtiendo en un desastre...Embarrancamos en un arrecife y hubo que bajar a desatascarla...Luego se averió el motor y nos quedamos flotando a la deriva. Finalmente, cuando el joven mecánico, timonel y capitán de la nave (que era la misma persona) que había desarmado y vuelto a armar el motor unas cuantas veces lo logró arrancar, entonces se puso a llover a cántaros!!! Pero eso sí, nos divertimos muchísimo!

Al principio, todo iba bien, incluso  había salido el sol

Pudimos visitar algunas islas y ver los acantilados con sus formaciones de estalactitas
Momumentos fálicos en una de las islas

El motor estropeado... Nuestro capitán lo desmontó,  lo arregló y nos trajo de vuelta a puerto. Aquel muchacho era un fenómeno!!!
Esta experiencia nos hizo reflexionar seriamente sobre el factor monzón, y finalmente decidimos esquivarlo al completo; es decir, saltarnos Tailandia e irnos directamente a Cambodia ( ya volveríamos a las playas a mediados de diciembre cuando hiciera buen tiempo). Por lo tanto,  cogimos el siguiente bus a Bangkok (que todavía estaba inundada) y de allí a la frontera de Cambodia donde nos esperaban un montón de sorpresas!

1 comentario:

  1. Quina il·lusió!!! Document boníssim!!! Us desitjo molt bona continuació de viatge.
    Una abraçada enorme!!!
    Alexis

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